viernes, 15 de agosto de 2008

La increíble historia de Pochi Peluca y el Jeque

Pochi peluca es pequeña, delgada y con una inmensa y exuberante cabellera ruluda. Es fanática de las cremas para peinar. Ella ilusiona que estos productos mentirosos podrán atenuar ese volumen indomable que tiene en la cabeza. Todos sabemos que no es así, que su peluca crece y empeora día a día, pero claro, nosotros los plebeyos de la historia no podemos emitir juicio alguno.
El jeque; un hombre de caracter firme, decidido y bien plantado frente a la vida, parece perder sus estribos cada vez que Pochi se acerca.
Es que es un hecho.
Entre Pochi Peluca y el Jeque o "Gran Dueño" existe un affaire y lo peor es que todos lo sabemos pero ninguno se anima a comprobar si es cierto.
Ella maneja, con sus movimientos de medusa los hilos de todos nosotros, cual marionetas desorientadas ella nos lleva y nos trae a su antojo. Y el jeque es un testigo complaciente de toda la escena.
Él vé, él sabe todo lo que sucede, pero no puede poner en tela de juicio ninguno de los movimientos de Pochi, porque ella es la que secretamente toma las decisiones de la empresa.
Se los ha visto en situaciones riesgosas. Se los ha visto llegar acalorados, colorados y con la ropa mal acomodada de las "supuestas" reuniones con los clientes en "no se sabe que extraño paraje de la provincia".
Y las teorías son muchas, se tejen millones de historias alrededor de este affair prohibido. Que tienen un departamento en el centro, que ella lo pasa a buscar a las mañanas porque siempre pero siempre llegan juntos. Que ella tiene algún extraño dote que hace que este hombre esté tan obnubilado.
Hoy uno de nosotros, pudo definitivamente confirmar este romancete clandestino. Los vió besarse en la escalera de salida. Ella jugueteabada seductora intentando liberarse de sus brazos y él la apretaba fuerte contra su cintura. Claro que nunca imaginaron que Carlitos, el gran Carlitos que todo lo vé y todo lo sabe ¡Los iba a descubrir!
Y así estamos como testigos mudos, que tienen la información fresquita, calentita, recién salidita del horno, y que a su vez no pueden emitir palabra porque si no... si no se pudre todo!!!

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