sábado, 27 de septiembre de 2008

Culturalizando el Pepsi

Día 1, día del Reggae, de las chalas, las rastas y las buenas “vibras”.
Me perdí a Amparanoia, su show de despedida.
Los shows de Fidel y Ky Manny los escuché por la radio mientras iba en el 15, puteando porque el viaje era eterno.
Fidel demostró una vez más que su reggae es un “reggae simpático”, para mí gusto su música tiene mucho tinte comercial y perdió un poco la esencia, pero no podemos negar que es uno de los pesos pesados del movimiento en Argentina.
Lo que escuché de Ky Manny, tampoco me cerró demasiado, desde el sonido hasta el pseudo reggae fusionado con mucho hip-hop, si bien destaco la buena onda del quichiciento hijo de Marley, no puedo decir que me haya volado la peluca.
Gondwana desplegó todo su sabor “shileno”, su ritmo y color, más allá de algunos problemitas con el sonido que hicieron que dos de sus temazos como “Verde, amarillo y rojo”y “Sentimiento Original” perdieran un poco la fuerza, los chilenos despertaron a la gente del letargo y la colgadez, haciendo que movamos los esqueletos y sacándonos más de una sonrisa, se notó que quedaron con ganas de seguir tocando.
Después fue el turno de Los pericos, banda legendaria si las hay y que no me mueve un pelo, lo que aprecié del recital de los Pericos, fue de lejos y mirando de tanto en tanto las pantallas. No puedo negar de todas formas que tararié hitazos como “Sin cadenas”, “Complicado y aturdido”, “Home sweet Home”, “Párate y mira”, “ Nada que perder”.
Cuando fue el turno de Cultura Profética, estaba en una ubicación de lujo, muy cerca del escenario, era la primera vez que los iba a ver en vivo y quería comprobar si era cierto lo que dicen “Cultura tiene magia, tiene magnetismo”, realmente, después de verlos tocar en vivo, el show de Los Cafres me sonó muy pequeño. Fue a mi entender lo mejor de la fecha, desde lo instrumental, la voz, la fuerza, la poesía que contienen sus letras, fue un placer verlos en el escenario. A pesar de esperar algunos temas que no tocaron, el show me fue sumamente corto, será porque lo disfruté demasiado, hubieron momentos excelentes como cuando sonó “Nadie se atreve”, “Árboles” y “Un deseo”.
Nadie puede negar el carisma de Willy, el tipo tiene buena onda, es increíblemente showman y regala sonrisas todo el tiempo.
Por último y ya presa del agotamiento, me quedé a ver el show de Los Cafres, banda que conozco poco y nada, que nunca me llamó demasiado la atención. El show estuvo bien, redondito, para la masa, para que los chicos con sus noviecitas estuvieran contentos, allí me dediqué a observar la gente que había, realmente distaba mucho del ambiente que imaginé. Yo creía que el público iba a ser todo rastafari y que en el aire no se iba a respirar otro aroma que el del cannabis, pero puedo afirmar que me equivoqué.
El ambiente era muy mezclado, muy mixturado, había mucha gente bien, mucha chica con jopo y mucho chico con buzo cangurito y corte de pelo fashion.
Habían también parejitas con ropa de colores y rastas en la mitad de la cabeza, pero lo que predominaba era esta cosa de que “el reggae se está masificando”, y creo que Los Cafres fueron los principales promotores de esta mixtura, lo digo porque toda esta gente cuando tocó Cultura o Gondwana no se hizo notar de la misma forma.
De todas formas, estas son las mezclas que se dan en los festivales y este es el indicio de que la música está mutando, como la sociedad.
Los Cafres suenan bien, hubieron dos momentos en los que pude cantar, cuando tocaron “Tus Ojos”y “Aire”, las dos únicas letras que me sé.
Así con los últimos acordes de Los Cafres, le pedí a mi amiga que por favor nos retiráramos, porque mi cintura no daba más, ni tampoco daba más mi estómago (llevaba unas cuantas horas de no probar bocado alguno).

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